viernes, mayo 16, 2008


Para la asignatura de Argumentación, tuve que participar de un debate, para el cual decidí realizar un ensayo para así ordenar de mejor forma mis ideas y argumentos, el tema es el siguiente:


La Derecha como alternativa de Gobierno

Mi tesis sobre este tema, es que la Derecha no es una alternativa real de gobierno, por cuanto el concepto de alternativa tiene relación con un cambio rotundo, o una forma distinta de conducir el gobierno, y la Alianza por Chile sería la continuación, o la profundización de lo ya se ha hecho durante dictadura y estos 18 años de gobiernos concertacionistas, en el sentido de que continuaría profundizándose el modelo económico neoliberal, no se acabaría con los actos de corrupción, y además la derecha Chilena es anti-democrática, apolítica y embustera frente a los problemas que afectan a la población de nuestro país, ya que representa los intereses de una minoría.

Sobre el Modelo Económico.

El modelo económico Neoliberal, tiene su origen en Chile, cuando un grupo de alumnos de Economía de la Universidad Católica, reciben una invitación para realizar estudios en la Universidad de Chicago, EE.UU, la cuna del libre mercado, durante el trasncurso del año 58’. Posteriormente la formación que reciben dichos economistas, será vital para la puesta en marcha de este sistema a partir del año 1975 en adelante.

Consecuencias de la implementación del Modelo.

Sin duda alguna, la consecuencia más inmediata que trajo consigo este sistema económico, son las miles de violaciones a los derechos humanos en contra de dirigentes políticos y sindicales, líderes de la clase trabajadora y la clase media, ya que eran una amenaza para la tranquila y exitosa génesis de dicho modelo. Además de la obvia restricción de las libertades de cada individuo por el hecho de vivir en un régimen autoritario, anti-democrático y genocida.

Con el paso del tiempo, la población Chilena se fue dando cuenta de lo que significaba vivir en un país neoliberal. El sueldo mínimo bajó, la cesantía aumentó, las desigualdades económicas se profundizaron, el descontento popular durante la dictadura se agudizó, por ende, aumentó la represión y los crímenes, y además, se produjo un desmantelamiento casi total del estado, un saqueo descarado e inescrupuloso de las empresas estatales, que fueron vendidas “a precio de huevo”, a los amigos y cercanos de Pinochet y sus secuaces.

Por consecuencia, el Estado comenzó a ser cada vez menos protagonista en el ámbito económico, ya que ese es uno de los dictámenes principales del neoliberalismo, junto con la restricción de la democracia y las libertades sindicales, lo que produjo, que la salud, la educación, la vivienda, y una serie de servicios básicos, que por tener dicha categoría, deben estar perpetuamente en manos del estado, debido a que son esenciales para la vida del ser humano, pasaron a estar en manos de privados, y el Estado, con su rol disminuido, no puede otorgar dichos servicios con una calidad aceptable.

En definitiva, tenemos que sólo aquellos que tienen el dinero suficiente para pagar la adquisición de aquellos servicios básicos en el mundo privado, pueden tener acceso a prestaciones de calidad y oportunas. Por otra parte, aquel que no tenga los medios para acceder al área privada, tendrá que conformarse con lo que ofrece el estado, que en el caso de la salud, son horas de espera para ser atendido en un centro asistencial, o en el caso de la educación, la desgracia de tener que ir a un establecimiento con deficiente infraestructura, administrada negligentemente por la Municipalidad, y con un nivel académico inferior, ya que la calidad educativa es menor, cuestión que se demuestra al hacer una comparación entre los resultados en la PSU de un Colegio Particular y un Liceo Público.

El Falso mito del crecimiento económico, la errónea técnica del “chorreo económico” y las restricciones del modelo.

Los defensores del modelo neoliberal, tanto de la Concertación más renovada, como la Alianza en su totalidad, afirman que el crecimiento económico dentro del Neoliberalismo es esencial, y es la piedra angular para el buen desarrollo y el éxito de dicho sistema, y es una cuestión que el modelo garantiza por sí solo.

Ahora bien, veamos que nos dicen las estadísticas que nos entrega el Economista Manuel Riesco Larraín en su trabajo “Resultados de las estrategias del Estado a lo largo de un Siglo”, en dicha investigación, podemos apreciar que entre 1975 y 2006 el crecimiento promedio es de un 3,5% anual, lo cual supera levemente al 3,1% de promedio anual que ostenta entre 1929 y 1971 el modelo desarrollista, o de crecimiento hacia dentro, con la gran diferencia, que dicho sistema aseguraba salud, educación y trabajo digno a la totalidad de la población, además de un proceso de industrialización nacional, que proporcionaba altas tasas de empleo y salarios jamás igualados por el Neoliberalismo.

Algo que también aseguran sin tapujo ni resquemor alguno los discípulos de Milton Friedman, es que el problema de la desigualdad, de la mala distribución del ingreso, es y debe ser resuelta por el mismo mercado, es decir, mientras más crezca una empresa, más recibirán los trabajadores, es el denominado chorreo económico. Pues bien, la realidad que vive Chile es otra, las principales 15 empresas, durante el 2007, año en que obtuvieron utilidades históricas, se llevaron sólo en ganancias, lo que reciben como salario 1.500.000 trabajadores Chilenos, lo cual, nos permite comprobar lo dicho por Karl Marx en su obra “Manuscritos Económico-Filosóficos” de 1846, y es que cuando el capitalista obtiene ganancias, el trabajador no necesariamente se hace parte de esas ganancias, y por el contrario, cuando el capitalista no obtiene, o pierde capital, el obrero necesariamente pierde con él. Lo cual va produciendo amplias diferencias sociales, que se van acrecentando con el tiempo. Dicha afirmación la podemos comprobar citando al Magíster en Economía de la U. de Chile, y candidato a Doctor de la U. Católica de Lovaina, Marcel Claude, quien durante una entrevista con la Revista Mensaje, declaró que si se compara al 5% más rico de la población con el 5% más pobre, la diferencia es de 250 veces, y al comparar al 1% más rico, con el 1% más pobre, dicha cifra llega a las 500 veces.

En síntesis, el chorreo económico no es más que un embuste para seguir ganando dinero, sin importar lo que suceda con los que no son parte de dichas ganancias, es decir, la gran mayoría de los chilenos.

Sin embargo, que todas estas atrocidades ocurran, se debe a que existen restricciones que lo permiten, estas son de tipo política, social y democrática.
Que se puede resumir en dos ámbitos, primeramente, está el sistema Binominal, y en segundo lugar, el Código laboral.

El sistema Binominal es un mecanismo de elección parlamentaria en el que se ven favorecidos dos grandes bloques políticos, como son la Concertación y la Alianza, excluyendo a minorías que a pesar de tener votación similar, o incluso superior a algunos partidos con representantes en el parlamento, quedan fuera de este, por no ser parte de ninguna de las dos agrupaciones. Lo siniestro de este sistema, queda a manifiesto, cuando partidos políticos con más de un 5% de votación, quedan excluidos de participar del parlamento, y otros partidos, con cerca del 3%, gozan de más de un representante en ambas cámaras. O también, lo podemos ver, cuando al momento de la elección, son electos la primera y la tercera mayoría de una circunscripción o distrito, es decir, el tercero, vale más que el segundo, lo cual, favorece ampliamente a la derecha, que con dicho mecanismo logra una sobre representación parlamentaria, que nunca en la historia había conseguido, y que obtuvieron gracias a que fueron ellos los que implementaron esta fórmula de carácter anti-democrático, y le dieron carácter de Ley Orgánica Constitucional, por lo que sólo puede ser modificada con quórum calificado, es decir, 4/7 partes de la cámara, y si tenemos en cuenta que con el Binominal, el número de escaños está prácticamente igualado, dicho sistema, será cambiado cuando a la derecha se le dé la gana.

En otro aspecto, tenemos el llamado Código del Trabajo, que no es más que una versión maquillada del “Plan Laboral”, elaborado durante la dictadura por José Piñera, y que trae nefastas consecuencias para los trabajadores de Chile.

Las repercusiones que trae consigo dicha agrupación de leyes laborales son múltiples, sin embargo, una de las principales es la precariedad del empleo que se ve reflejado en la subcontratación, que produce diferencias salariales entre trabajadores de planta y externos, en circunstancias en que realizan el mismo trabajo. Situación que es producida adrede, por un lado, para abaratar costos de producción, y por el otro, para que comiencen a existir roces, rencillas, y una especie de diferenciación, dentro de una misma clase social.

Dentro del mismo ámbito, se hace urgente legislar sobre negociación colectiva, ya que las leyes sobre esta materia, vigentes también desde la época del Pinochetismo, dejan en abierta desventaja a los trabajadores al momento de negociar sus salarios, debido a que la Empresa puede optar según su voluntad, si accede o no a la negociación. Cuestión que además va a acompañada de la inexistente libertad sindical, que podemos ver en una infinidad de empresas que amenazan con represalias o despidos a sus empleados cuando estos pretenden organizarse legítimamente mediante un sindicato, lo que va en directa relación con la mala distribución del ingreso, porque son las instancias de lucha sindical, en donde el trabajador debiera lograr aumentar sus ingresos, y no mediante subsidios limosneros que entrega el Gobierno, con la clara intención de apaciguar los ánimos, a estas alturas bastante caldeados de la clase obrera chilena, que se vio reflejado durante el 2007, año caracterizado por importantes reivindicaciones laborales y el auge del movimiento sindical, por lo que se denominó “el año de los trabajadores”.

La imagen de la derecha “incorruptible”.

Hasta hace muy poco la derecha, sin pudor alguno, denunciaba de forma grotesca, a cualquier personero de la Concertación involucrado en algún acto de corrupción. ¿Es qué acaso tienen moral para juzgar la corrupción? ¿O es que no conocen el significado de dicha palabra? Me parece que la respuesta para ambas preguntas, es un rotundo no.

Claramente nadie recuerda algún bullado hecho de corrupción durante la dictadura, porque claro, los medios de comunicación estaban censurados, y se reprimía y perseguía a cualquier periodista que quisiera decir la verdad. No obstante, todos si se recuerdan los famosos “Pinocheques”, documentos en que el dictador había estampado su firma a favor de su hijo por una suma cercana a los 3 millones de dólares, o mejor, un hecho más reciente, como es el caso del Banco Riggs, en que una vez más Don Augusto hizo de las suyas escondiendo decenas de millones de dólares con una identidad falsa, en circunstancias que nadie se explica de qué forma lícita pudo obtener tamaña cantidad de dinero.

Sin embargo, la memoria del chileno es frágil, y hace unos meses atrás, la derecha parecía ser portador del estandarte de la probidad en la política (o politiquería) chilena, hasta que se desató la tragedia inevitable, y que de una vez por todas salió a la luz pública. Hechos de corrupción se evidenciaban en Huechuraba, Recoleta, Viña del Mar, Colina y recientemente Concepción, cuya municipalidad tendrá que enfrentar a la Contraloría por hechos ilícitos en su administración. Si hasta el Alcalde de la vecina localidad de Pemuco, perteneciente a la UDI, fue destituido de su cargo. Esta seguidilla de situaciones, provocaron la estrepitosa caída de la tesis de “El Desalojo”, que pretendía un recambio en el poder, teniendo como argumento principal, los numerosos hechos de corrupción en los que ha caído la Concertación.

En el mismo tema van dirigidas las declaraciones de Joaquín Lavín, al referirse al caso emblemático de la corrupción Aliancista en la Municipalidad de Huechuraba, cuya Alcaldesa es Carolina Plaza, y en donde se desempeñaba como Jefe de Informática del Municipio Isaac Givovic, yerno de Lavín: “Lamentablemente mi yerno descubrió que la corrupción no es sólo patrimonio de la concertación, y que también hay corrupción en los municipios de la UDI”. (19 de Marzo de 2008).

Un gobierno de nuevo tipo.

Tras analizar conjuntamente los argumentos expuestos anteriormente, es que podemos decir, a partir de un punto de vista dialéctico, que estamos frente a una contradicción histórica que debe ser comprendida y asimilada por las grandes masas trabajadoras que son las llamadas a la transformación de la sociedad, y es que Neoliberalismo y Democracia, son dos conceptos opuestos, y por supuesto que el primero debe ser superado por el otro, dando paso a un gobierno de nuevo tipo, que de una vez por todas le dé fin a esta “transición a la democracia”, que la Concertación y la Alianza dilatan cada día más. Urgen profundas reformas en nuestro país, que abran los “candados” democráticos cerrados por la derecha en estos últimos 35 años, y los únicos que tienen la “llave” para eso, son los trabajadores, aquellos que son subcontratados del cobre, los que hacen de vendedores, cajeros y empaquetadores a la vez, dentro de las tiendas del retail, mientras que estas se hacen cada vez más millonarias a costa de la precariedad de los empleos que ofrecen, los trabajadores fiscales, los temporeros que trabajan sin contratos y en condiciones deplorables, que ni siquiera pueden formar sindicato por el carácter transitorio de su fuente laboral, los profesores que deben lidiar con un sistema educacional corrupto, en que los Alcaldes pueden destinar el dinero de la educación en lo que se les plazca, y los sostenedores de los Colegios son verdaderos “sostenidos” del Estado, que se hacen cada vez más millonarios con el lucro en la educación, y así existen millones de Chilenos, que se ven directamente afectados por el modelo, pero siguen votando por los mismos políticos usureros de siempre, que son parte de maquinarias políticas, en donde son los partidos los que realmente eligen a los puestos de representación, y que sólo defienden los intereses de una minoría.

En conclusión, debemos mirar a nuestros vecinos, aprender de los procesos que viven Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Nicaragua, que se alzan en contra de los dictámenes del imperio, tomar su ejemplo democrático, progresista, y llevarlo a la práctica de forma dialéctica en nuestra patria, con profunda unidad entre aquellos sectores políticos que están dispuestos a construir un nuevo Chile democrático, dejando atrás el legado vergonzoso de 17 años de dictadura, ya sean de la Concertación o no.

jueves, abril 24, 2008


Pequeña reseña sobre las FARC-EP

Es para muchos un hecho que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo, son una agrupación terrorista, que asesina sin consideración alguna, y que incluso, tiene fuertes y arraigadas relaciones con el narcotráfico. Pues bien, veamos qué argumentos tenemos para afirmar dichos epítetos contra las FARC, que se repiten una y otra vez en los medios de comunicación.

Las FARC, son una organización guerrillera que tiene su origen en el año 1964, cuando el Partido Comunista de Colombia decide formar oficialmente un brazo armado para la lucha, debido a que el escenario político y social de ese país en aquel momento lo requería, por consecuencia de largos años de violencia, inestabilidad, falta de democracia, que tenían su origen en el llamado "Bogotazo", nombre con el que se le llamó a la ola de desórdenes y agitación social que produjo el asesinato en manos de la oligarquía y los EE.UU. del Presidente Jorge Eliécer Gaitán.

La decisión del Partido Comunista Colombiano nace de la urgente necesidad de combinar ambas formas de lucha, la política y la armada, siempre con la convicción de lograr una salida política al conflicto que significara mayor democracia, justicia y paz, dentro de un país en que los líderes sindicales y de la izquierda eran asesinados por montones, en el contexto de la guerra fría, y del afán de EE.UU. de exterminar cualquier atisbo de proyectos emancipadores, democráticos y revolucionarios como los que se intentaron llevar a cabo en Latinoamérica durante los sesenta y setenta.

Ya durante los ochenta, se logra un acuerdo de paz con el Gobierno de turno, y es cuando las FARC-EP, desarrollan la Unión Patriótica, que sería la herramienta política de la organización para llevar su proyecto de sociedad dejando de un lado las armas, y en cuya creación tendría directa relación el PC de Colombia. En ese momento es cuando numerosos guerrilleros y dirigentes políticos se presentan a las elecciones, logrando 5 senadores, 9 representantes, 14 diputados, 351 concejales y 23 alcaldes, con un fuerte apoyo de la clase obrera y el campesinado.

Pero el intento de paz fracasaría y el resultado sería desastroso, dos candidatos presidenciales, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y miles de militantes serían cruelmente asesinados por grupos paramilitares, que al igual como sucede hoy, serían manejados, financiados y dirigidos por aparatos de inteligencia gubernamentales y de la CIA.
Estos crímenes están impunes en su mayoría hasta el día de hoy, demostrando que cuando la violencia, la infamia, el genocidio y las violaciones a los derechos humanos, provienen desde la derecha y la intervención norteamericana, no existe medio de comunicación que se pronuncie al respecto (como si no lo supiéramos los Chilenos), optando por dos opciones, guardar un silencio cómplice, o contar una verdad a medias, que es lo mismo que mentir.

Ahora bien, sobre ese débil argumento del narcotráfico, que sería la forma de financiar la puesta en marcha de la guerra de guerrillas que desarrolla las FARC, es en realidad, el Presidente Álvaro Uribe Vélez, quien ha sido vinculado numerosas veces con el narcotráfico ( coincidentemente con destino a EE.UU. ), incluso, su padre Alberto Uribe Sierra, era un conocido narcotraficante que fue capturado por la policía local, pero luego puesto en libertad por sus contactos con funcionarios de Gobierno, que probablemente también lucraban con el negocio de la droga. Y no sólo eso, sino que además sus relaciones directas con el paramilitarismo Colombiano son innegables, y frecuentemente ocultadas y censuradas por los medios de comunicación afines a la ultra-derecha y al imperio. Tanto así, que recientemente Mario Uribe, primo de Álvaro, fue detenido por su relación con el paramilitarismo, que ha tenido un fuerte reimpulso con el llamado "Plan Colombia", financiado, organizado y dirigido por EE.UU. y la derecha Colombiana con el único fin de terminar con la guerrilla, y reprimir toda expresión de emancipación que tenga el pueblo del asesinado Presidente Gaitán.
Los paramilitares Colombianos han eliminado a decenas de dirigentes sindicales, y políticos de la izquierda, y operan de forma similar a la CNI y la DINA, durante la dictadura pinochetista, con la diferencia es que no existe comprobación de vínculos de los órganos represivos Chilenos con el narcotráfico (al menos que yo sepa no).

En definitiva, será imposible lograr una salida política y de paz al conflicto Colombiano, si continúa la intervención Norteamericana en ese país, y la actitud represiva y de terrorismo de estado que propugna la alianza Uribe-Bush. Junto con esto, la situación social y económica que vive este país hermano, es de una crisis similar a la que vive Chile, por consecuencia de las políticas Neoliberales que ortodoxamente a impuesto el Presidente Uribe por orden de Bush, en momentos en que dicho modelo económico muestra sus falencias en todo el mundo, e intenta ser superado en gran parte de los países latinoamericanos para dar paso a Gobiernos de nuevo tipo, que garanticen más democracia, justicia social, y las libertades políticas y sindicales que el Neoliberalismo restringe cada día.

Por otra parte, las FARC-EP, muestran cotidianamente su fortaleza y convicción revolucionaria, a pesar de los duros y cobardes golpes que ha recibido por parte del imperialismo, como fue el asesinato de 16 guerrilleros, entre los cuales se encontraba el Comandante Raúl Reyes, miembro del Secretariado de las FARC, en manos de un infame y pusilánime bombardeo ejecutado por EE.UU. en territorio Ecuatoriano.

En conclusión, queda a manifiesto una vez más, como los medios de comunicación disfrazan este conflicto y demonizan a grupos beligerantes como las FARC o el ELN, siendo parte y cómplices de los crímenes que día a día se cometen en Colombia. Los chilenos bien conocemos los resultados del intervencionismo yanqui, y en la actualidad, está haciendo de las suyas en Colombia y Bolivia, por lo que se hace urgente tomar acciones decisivas y concretas para solidarizar con estos dos pueblos que luchan por su liberación.

lunes, enero 14, 2008

Estado Neoliberal V/S Pueblo Mapuche

Desde la llegada de los españoles a territorio chileno, se remonta la cruel represión y abuso en contra del pueblo mapuche.
Han pasado cientos de años, decenas de gobiernos, democráticos o no, que han hecho una guerra constante para subyugar a la Araucanía.
Sin embargo, esta extensa historia de infamias, ha tenido variados matices, y el escenario del conflicto en la actualidad dista bastante de lo que era esta probemática siglos atrás.
En primera instancia, debemos darnos cuenta, de cómo el Estado chileno, usa las armas que le entrega el Neoliberalismo para combatir al Pueblo mapuche, armas que aparte de ser militares, son de comunicación, de lavado de conciencias y de alienación de masas, que son mucho más eficaces al momento de disfrazar este Chile inhumano, y de montar el gran mito del país desarrollado y toda esa verborrea concertacionista.

Basta con mirar los noticieros, leer la prensa, o escuchar algún programa de debate político con periodistas al servicio de un Canal de Renovación Nacional, para darse cuenta de cómo la lucha de los mapuches se ha criminalizado, y se les tilda de terroristas al momento de reivindicarse como pueblo, y de buscar un poco de dignidad ante tanto abuso al cual son sometidos.

En más de una oportunidad lo he mencionado, y lo seguiré repitiendo hasta el cansancio, los medios de comunicación están al servicio de los más ricos, de los latifundistas como Jorge Luchsinger que financian partidos de ultra-derecha como la UDI, los medios de comunicación son parte y cómplices de los crímenes a los mapuches, del asesinato de Alex Lemún, Juan Collihuín y Matías Catrileo, del encarcelamiento injusto de comuneros mapuches en Angol, al no informar a la ciudadanía la real causa de su condena, del irregular proceso judicial por el que debieron pasar, gracias a la Ley Antiterrorista de Pinochet, y así un sinfín de hechos en el que la elite política, los que concentran el poder económico, y sus medios de comunicación están unidos por un solo fin.

Por el otro lado, tenemos al Pueblo Mapuche, que según la encuesta CASEN de 2006, sus condiciones de vida son pésimas, debido al gran índice de pobreza en las comunidades mapuches, la cesantía, la mortalidad infantil y el analfabetismo. Por lo que podemos deducir, que estamos frente a una de las tantas ironías del Neoliberalismo, ya que por una parte, está este pueblo ancestral viviendo en condiciones de extrema pobreza, y por el otro están los grandes empresarios, que se hacen cada vez más ricos a costa de los territorios que les usurparon a nuestros antepasados.

Frente a esta situación es que se encuentran los mapuches, con sus fortalezas y falencias, luchando por justas y razonables reivindicaciones que les han arrebatado durante siglos, y se han agudizado con el Neoliberalismo, que trae entre una de sus consecuencias, la aplicación de la Ley Antiterrorista, como medida de represión en contra de todo tipo de expresión del movimiento popular, ya sea de los pueblos originarios, como del pueblo trabajador, que en la práctica son uno solo.

Junto con esto, cabe mencionar que el Estado chileno no ha ratificado el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos originarios, que convertiría a Chile en una nación plurinacional, como lo son otros países latinoamericanos, y le otorgaría al pueblo mapuche una serie de derechos legítimos, que probablemente, tras la tramitación de este convenio en el parlamento, sea completamente reformulado por la derecha y la concertación, con el fin de que no afecte sus intereses y el de sus representados, los grandes empresarios dueños de Chile.

En definitiva, el Estado chileno no puede hacer oídos sordos frente a las demandas del pueblo mapuche, que de una u otra forma se hará escuchar, usando todos los medios posibles de lucha, como lo ha hecho hasta el momento.

Por otra parte, los que conforman las diversas agrupaciones y movimientos de la causa mapuche, deben entender que con sectarismos no es posible avanzar una larga distancia con sus reivindicaciones, y que la unidad en la lucha es una premisa esencial que deben tener en cuenta. Como mencioné anteriormente, el pueblo mapuche, y el pueblo trabajador son uno solo, por lo tanto, sus problemáticas y luchas reivindicativas, deben ser en torno a una convergencia amplia, y en torno a objetivos amplios y de transformación social. He ahí la diferencia entre el uso del sentido común, que ve en los sucesos sociales causas particulares, y el método de análisis dialéctico, en el que la particularidad tiene relación con un proceso global, cuyo único desenlace es tras la lucha de dos fuerzas contradictorias dentro de la sociedad.

En síntesis, para vencer en la lucha, no basta con acciones audaces y mediáticas, es necesaria una estructura política orgánica que sea guía en un proceso de cambio, sin duda, esa es la gran falencia del pueblo mapuche, la falta de organización política, unidad, y estructura.